Extracto de un informe de la 'Heeres-Sturmartillerie-Brigade 239' (anteriormente 'Sturmgeschütz-Brigade 239') sobre sus experiencias realizadas en Rumania entre Agosto y Septiembre de 1944.

Nota:
Estas experiencias se realizaron en el contexto de la ofensiva soviética contra la espina dorsal del Heeresgruppe Südukraine, la 6. Armee y la 8. Armee, entre el 20.08. y el 29.08.44 (operación Jassy-Kischinew), de dimensiones tanto políticas como militares no menores al desastre de Stalingrado (en nueve días la 6. Armee volvería a ser aniquilada).

06.12.1944

General der Artillerie im OKH
Höh.Offz.f.Pz.Art.

Nr. 10580/44 geh.







Dirigido a:
Adjutant Chef Gen St d H
Op.-Abteilung
Org.-Abteilung
Gen.Qu.
Gen.Insp.d.Pz.Tr.
Gen.d.Inf.



A continuación se presenta el extracto de un informe sobre las experiencias de la H.Stu.Art.Brig. 239 realizadas en Rumania entre Agosto y Septiembre de 1944.

Para la realización de pruebas con la tropa la Brigada ha sido equipada con una batería de granaderos de apoyo (antiguamente batería de apoyo a los cañones de asalto) y una batería de carros de combate (Panzer II) de apoyo.






Extracto de informe sobre las experiencias realizadas por la H.Stu.Art.Brig. 239



  1. Enemigo.

    Los soviéticos se han apropiado totalmente de los en 1941 por los alemanes exitosamente aplicados principios tácticos de ataque, concentración y aniquilación. El insuficiente valor de combate de sus fuerzas de infantería es equilibrado mediante la potente masificación de artillería y un elevado consumo de munición.

    La colaboración entre sus cañones de asalto y carros de combate pesados con las fuerzas de infantería y mecanizadas tiene que ser calificada como de ejemplar. Debe remarcarse su rápida capacidad para lanzar adelante armas pesadas y cañones de salvas. En los movimientos de repliegue se ha observado su especial capacidad de adaptación a nuestro método de combate. Localidades donde se ha ofrecido resistencia han sido esquivadas. Las fuerzas soviéticas han realizado operaciones de persecución de manual.

    Tiene que destacarse el empleo de pequeños vehículos blindados, del tamaño de un coche y armados con ametralladoras de 2 cm, mediante los cuales los soviéticos han ofrecido protección de fuego a sus cañones de asalto y carros de combate hasta practicamente nuestra primera línea; posteriormente la infantería que transportaban ha irrumpido y arrollado rapidamente nuestras posiciones.

    Las operaciones de vehículos acorazados han ido precedidas por el avance de una escuadra de reconocimiento de motocicletas. La pérdida de estas partes avanzadas ha sido asumida sin problemas por el enemigo. Permitir el avance de estos comandos avanzados ha conducido a lograr éxitos inesperados.

    Con sus nuevos carros de combate (T-85 y Stalin) los soviéticos intentan principalmente abrir el fuego a distancias superiores a los 2.000 metros. A estas distancias el fuego de nuestros cañones de asalto (L/48) solamente logra éxitos fortuitos.

    Durante la noche fuerzas soviéticas han atacado tratando de superar sus fijados objetivos diários. En este sentido la instrucción en combate nocturno realizada por la Brigada ha tenido repercusiones positivas.


  2. Organización.

    La estructura de la Brigada en 3 baterías de combate, 2 diferentes baterías de apoyo y 1 batería de abastecimiento (batería del estado mayor) ha sido empleada con éxito. La batería de carros de combate de apoyo (Panzer II) dependiendo de la situación puede emplearse de forma concentrada ó bien ser asignada por pelotones a las baterías de cañones de asalto; ambos métodos han sido empleados con éxito. La batería de apoyo a los cañones de asalto es basicamente repartida entre las baterías de combate; el pelotón de ingenieros es mantenido bajo el mando del comandante.

    Dependiendo de la situación de combate y mediante la integración de las baterías de apoyo pueden crearse grupos de concentración que, con el apoyo de las partes de abastecimiento de la batería del estado mayor, están capacitadas para superar cualquier situación. Estos grupos de combate mixtos han sido empleados con especial éxito en operaciones sobre terreno montañoso.


  3. Experiencias tácticas.

    1. General.

      En su actual composición sin la asignación de suficientes fuerzas de infantería la Brigada no puede ser empleada como grupo de combate independiente. El principio que la artillería de asalto en el campo de batalla es la más potente y mejor arma auxiliar de los granaderos no puede verse modificado por la asignación de una batería de apoyo de infantería. Si se presta atención a los principios tácticos de cada arma y se tienen en cuenta sus limitaciones el éxito estará siempre asegurado.

      El en multitud de ocasiones en muchas unidades observado "pánico a los rusos" y "pánico a los carros de combate" unicamente puede superarse mediante el ejemplo de un oficial en primera línea. En los momentos más críticos durante los movimientos de repliegue en Magura la aparición de un oficial del estado mayor en retaguardia tuvo efectos milagrosos.

      El aprovecharse de unidades subordinadas para conservar fuerzas própias ha provocado dificultades técnicas practicamente insuperables en las operaciones de los cañones de asalto. El por el pánico a los carros de combate motivado llamamiento: ¡cañones de asalto adelante! honra a este arma pero no puede conducir a que los cañones anticarro no sean empleados. La violencia de los efectos del fuego de la artillería de asalto no puede tentar a la infantería a no emplear sus própias armas. De este modo se ha consumido inutilmente valiosa munición, la buscada densificación del fuego por las armas de la infantería ha faltado y en muchas ocasiones no se ha podido logrado el previsto éxito.

      Observaciones realizadas por la tropa sobre la actitud y el ánimo de la población civíl no fueron tenidas suficientemente en cuenta por el Ic. El avance soviético sobre Besarabia fué planificado por agentes infiltrados dentro de la población civíl y esto fué comunicado por la tropa. La población civíl no había sido evacuada de la primera línea en la zona de Tighina. Si durante los combates en Rumania la tropa hubiera sido regularmente informada sobre los acontecimientos politicos en retaguardia y muy especialmente sobre la traición del ejercito rumano, los para el combate necesarios puentes y carreteras hubieran sido limpiados a la fuerza de unidades rumanas en retirada.

      La regulación del tráfico en países aliados debe ser apoyada por traductores. Masivas operaciones de regulación del tráfico en zonas de retaguardia se consideran menos importantes que la enérgica regulación del tráfico en la zona de combate. El pánico creado en Buzau el 27.08. hubiera podido evitarse. La acelerada retirada de los trenes de abastecimiento de dos armadas y el mantenimiento de los vehículos dañados ó abandonados por causa del pánico hubiera sido posible.


    2. Colaboración con departamentos superiores e infantería.

      La excepcional cooperación con la 4. Gebirgs-Division ha demostrado que si los viejos principios sobre la cooperación entre infantería y cañones de asalto son respetados el éxito no se hace esperar. Es importante respetar las preocupaciones de la infantería. Situaciones críticas prohíben aferrarse a los unilaterales principios de combate de la artillería de asalto (operaciones nocturnas, operaciones netamente de protección). Los cañones de asalto son la espina dorsal moral de la infantería. No puede dejar de acentuarse la importancia del contínuo mantenimiento de la comunicación entre los jefes de las dos armas. La infantería tiene que combatir independientemente en base a sus principios y no debe entender un cambio de posición de los cañones de asalto, provocado frecuentemente por motivos tácticos ó técnicos, como un abandono.

      Debe volverse a inculcar a la infantería la confianza en los efectos de sus propias armas, de no ser así, el apoyo de los cañones de asalto y cañones antiaéreos en el combate terrestre, que ha sido muy exitoso, será totalmente inútil. Cuando un cambio de posición de los cañones de asalto provoca un flujo de la estructura de combate de la infantería, este movimiento de la infantería fuerza a los cañones de asalto a cambiar nuevamente su posición y de este modo a disolver el frente defensivo. Este hecho, observado muy frecuentemente, ha podido ser parcialmente combatido mediante la continua comunicación con los jefes de la infantería de todas las graduaciones. Cuando se ha colaborado repetidamente con las mismas unidades de infantería, tambien unidades de alarma, este error no se ha producido.

      En la colaboración con unidades de alarma se ha constatado la dependencia del valor de combate de estas unidades de la personalidad de sus jefes. La creación de unidades alarma fué provocada por la excepcional situación de emergencia y condujo a la indiscriminada confiscación de personal y equipo sin consideraciones de ningún tipo hacia la estructura de las unidades que se encontraban en combate. Por este motivo la Brigada sufrió ligeras pérdidas que unicamente pudieron ser equilibradas parcialmente. La orden de deshacerse de todos los remolques y de volar por los aires todos los vehículos no operativos y remolcados en el paso de montaña hacia Kronstadt, causó la pérdida de un gran número de valiosos vehículos, recambios, equipo, vestimenta y documentación. La tropa perdió toda sensibilidad hacia el valor de las pertenencias del Reich.

      La poca organizada creación de las unidades de alarma se correspondió con sus operaciones, que se llevaron a cabo sin una coherente cadena de mando. Todo comandante de una unidad de alarma ha creido poseer la potestad de ordenar personalmente las operaciones de cañones de asalto y carros de combate. Estas ordenes, que no hubieran conducido a lograr éxitos tácticos, han podido combatirse unicamente mediante enérgicas y desagradables discusiones con los comandantes de estas unidades.

      El empleo de soldados y jefes dentro de las unidades de alarma frecuentemente no se corresponde con la instrucción que han recibido. Armas pesadas de infantería no han sido empleadas, en muchos casos han sido abandonadas.

      La en operaciones sobre terreno montañoso imprescindible descompactación de todas las unidades se vió anulada por las operaciones masivas de unidades de alarma. La retaguardia no dispuso de libertad de movimiento, pues el avance de estas grandes unidades procedentes de los diferentes pasos de bloqueo a través de una sola carretera condujo a grandes atascos y retrasos en las marchas.

      Los movimientos de repliegue desde los pasos de bloqueo se realizaron, a pesar de las objeciones de la Brigada, de forma regular y siempre a la misma hora. El enemigo se adaptó inmediatamente a esta táctica: todo repliegue se saldó con elevadas pérdidas.

      Operaciones de un bien organizado, pequeño, móvil y energicamente liderado grupo de combate con armas pesadas (cañones de asalto, Panzer II y cañones antiaéreos de 2 cm autopropulsados) hubiera podido solucionar mejor todos estos problemas. La propuesta de la Brigada de crear y liderar una unidad de este tipo fué ignorada.

      El empleo de nuestros própios granaderos de apoyo alivia enormemente a la infantería y supone una protección adicional de los cañones de asalto frente francotiradores y grupos de infantería enemiga de combate anticarro. La equipación de los granaderos de apoyo con armas automáticas ha conducido a lograr importantes éxitos. El empleo de fusiles con miras telescópicas ha sido muy efectivo.

      La separación de la batería de apoyo de los cañones de asalto y su empleo para la protección de altos puestos de mando frente fuerzas aerotransportadas y partisanos, conduce a que, si realmente se le permite regresar, cuando se la necesita esta experimentada infantería de apoyo alcance el campo de batalla con retraso.

      La cesión de cañones de asalto individuales para la protección de puestos de mando avanzados, como hoy en día todavía se exige, es inútil y misión de los cañones anticarro, no de la artillería de asalto. La intención de algunos oficiales del estado mayor de emplear los cañones de asalto unicamente como defensa anticarro móvil ha tenido que ser rebatida mediante la exposición de los principios de combate de este arma.


    3. Colaboración con la artillería.

      En el transcurso de operaciones en frentes defensivos se ha buscado siempre el continuo contacto con la artillería divisionária. El empleo de obuses de asalto no ha dado buenos resultados. Por un lado las distancias de tiro del obús de asalto son demasiado cortas y por el otro lado el ruido de las cadenas y del motor impide lograr el previsto éxito táctico artillero. Durante los movimientos de repliegue se ha empleado con buen éxito la única artillería disponible - cañón antiaéreo de 8,8 cm en combate terrestre - apoyada por la observación desde un cañón de asalto. Comunicación entre el puesto de observación y la posición de tiro mediante la incorporación de un puesto de radio en la posición de tiro.


    4. Colaboración con la tropa acorazada.

      En el transcurso de los movimientos de repliegue a la Brigada le han sido subordinadas partes de 2 compañías del Pz.Abt.21. Gracias a la correspondiente disciplina de comunicación por radio y emisión de mensajes la colaboración ha sido satisfactória. Durante los movimientos de repliegue, especialmente en combates en la retaguardia, los Panzer II y Panzer IV han sido empleados con éxito como armas complementárias a los cañones de asalto.


    5. Colaboración con los ingenieros.

      La colaboración con unidades de ingenieros ha sido satisfactória, siempre que estas nos hubieran sido subordinadas. Necesarias voladuras durante los movimientos de repliegue no deben determinarse temporalmente, deben ser ordenadas dependiendo de la situación. Prematuras voladuras en tacticamente y en relación al tráfico importantes estrechas vías han conducido a innecesarias pérdidas de cañones.

      Los ingenieros deben estructurarse basicamente en la retaguardia para así asegurar su libertad de movimiento.

      El pelotón de ingenieros de la Brigada ha operado con éxito. Su equipación con explosivos es demasiado escasa.


    6. Colaboración con la artillería antiaérea.

      Durante los combates en los movimientos de repliegue la colaboración con la artillería antiaérea del Heer y de la Luftwaffe ha sido muy satisfactoria. Mientras los cañones de asalto se han mantenido frente al enemigo, la artillería antiaérea en los pelotones motorizados - bajo la protección de los cañones de asalto - ha podido tomar nuevas posiciones. En operaciones solapadas se han logrado muy buenos éxitos.

      Los cañones antiaéreos de 2 cm autopropulsados, empleados como refuerzo de los grupos de cañones de asalto, representan un valioso y por los soviéticos temido complemento de la fuerza de fuego. La colaboración se ha desarrollado sin ningún problema.


    7. Experiencias tácticas en relación a las comunicaciones.

      Los incorporados equipos de radiocomunicación han sido generalmente empleados con muy buen éxito. La equipación con Fu.5 ha permitido la imprescindible comunicación con la tropa acorazada. En las operaciones en zonas montañosas las prestaciones del equipo de radiocomunicación se han visto muy afectadas, siendo entonces necesario emplear equipo de telegrafía y mensajeros en motocicleta. El envío de un oficial de ordenanza en situaciones críticas ha dado buenos resultados.
  4. Experiencias en relación al armamento.

    La incorporación del cañón de asalto largo (L/70) podría equilibrar la inferioridad frente a los carros de combate pesados soviéticos.

    La incorporación del obús de asalto supone un nuevo acercamiento a la infantería que reclama socorro. El fuego de este arma, especialmente el fuego superficial y el concentrado es muy temido. Mediante fuego concentrado nidos de cañones anticarro han sido totalmente destruidos, abriendo así el camino a los cañones de asalto y carros de combate de apoyo. La combinación entre el fuego angular del obús de asalto y los efectos del fuego plano del cañón otorgan al jefe de los cañones de asalto una amplia variedad táctica, así como la combinación entre el fuego puntual del cañón de asalto con el fuego superficial del obús de asalto y especialmente de los carros de combate de apoyo.

    A pesar de la contraria opinión del comandante y los contrastados éxitos logrados, el obús de asalto es rechazado incluso por oficiales del estado mayor. En el combate de la infantería el desarrollo del obús de asalto ha vuelto a acercar a nuestro arma a sus viejas misiones.

    Un energicamente dirigido contragolpe, preparado por el fuego de los obuses de asalto y llevado a cabo por los cañones de asalto en combinación con tropas de choque de infantería y Panzer II facilita cualquier movimiento de repliegue.

    El fuego del cañón de 2 cm y de la ametralladora del Panzer II suponen un semejante complemento del fuego de los cañones de asalto, que si el asalto de nuestra infantería es dirigido correctamente unicamente debe esperarse a la incursión y el combate cuerpo a cuerpo. La combinación de cañones de asalto y carros de combate de apoyo en pequeños grupos de combate ha sido especialmente efectiva en operaciones sobre terreno montañoso, donde el fuego en todas direcciones de las armas del carro de combate de apoyo ha sido muy eficaz.